Escrito 8 de agosto de 2023

Vivir con Despersonalización: Testimonio y Reflexión Personal

Vivir con Despersonalización: Testimonio y Reflexión Personal

Publicado por Nico Rodríguez

Vamos con un escrito, mi forma de expresión favorita y más precisa.

Hace ya varias semanas que no comparto una escritura que represente las vivencias de una persona que vive con despersonalización permanente.

Para los que no lo sepáis, cuando digo despersonalización me refiero tanto a la despersonalización como a la desrealización, lo nombro así porque es más corto mencionar sólo el primer fenómeno.

Me apetece contar algo del pasado, de mi pasado, que es posible que también sea vuestro; porque, a veces, la similitud de los síntomas es muy alta.

Siempre digo lo mismo cuando comparto un escrito y es que, aunque me repita, me parece necesario hacerlo. No busco victimizarme ni generar compasión. Simplemente, compartir experiencias que en algún momento formaron parte de mí en este proceso de vida que ha estado fuertemente condicionado por la despersonalización.

Escrito del 8 de agosto del 2023

“La disociación sigue siendo muy alta, se ha incrementado a lo largo del día, pienso que el miedo a perder el control hace que se dispare. No comprendo bien cuales son los gatillos en esta ocasión ¿la gente? Realmente no lo creo, ellos no van a hacerme daño, yo puedo lidiar con ellos. No lo entiendo, estoy tan cansado ya de esta sensación de desconexión, quizás deba de hacerlo y pedir ayuda desesperada, pedirle ayuda desesperada mediante la escritura. No es viable estar mucho más tiempo así, sin poder sentir, anestesiado. La gente no entiende como lo pasa uno en este estado. No estoy seguro que ella pueda ayudarme (y quiera arriesgarse), tengo miedo de que me diga que no le corresponde, que le pida ayuda a mi familia, que esto es demasiado personal, pero como ya me dije, dado el punto en el que me encuentro estoy dispuesto a arriesgar y aceptar (o mejor dicho recibir) cualquier respuesta. No sé cuál es el límite para hacerlo, pienso quedar con ella y veré que tal, le propondré una ayuda mucho más personal, ya no tengo mucho más tiempo que perder, la ansiedad y la disociación están consumiendo mi vida y ya no veo muchas más alternativas que me mantengan en pie. No sé si ella estará preparada para esto, necesito conectar con ella y despertar su interés, necesito que se sienta en la necesidad de ayudarme, que haga de ello una prioridad. Llega un punto en el que uno ya no sabe ni quien es, ni lo que es, se duda de ser una persona, un ser humano, un ser sintiente, ya ni es como mirar la tv, es, es tan…raro. Uno se pregunta que hacer, salir a pasear, observar los estímulos ambientales, tener una charla con un ser querido, meditar…nada resulta útil, es, al contrario, como si te hiciese peor. Lo único que pienso que puede estar relacionado ahora mismo es lo dicho anteriormente, la sensación de falta de control, el miedo a perderlo, hace (o potencia) que suceda. El control ya está perdido, la disociación está ganando la batalla, todo se ve borroso, se oye distorsionado, no hay emoción, sensación, sólo un estado de confusión que no sé ni describir. Sólo me queda decirme que esto pasará, que es producto de la ansiedad, que no he de tenerle miedo, que esto no va a matarme, es lo único que se me ocurre. Espero que esto pase, espero que pueda llegar en mejores condiciones a la charla con ella, quizás no debería de desearlo, quizás eso haga que no suceda, quizás sea la última charla. Pero debo de intentarlo, si ya no puedo ni hacer eso, ya no sé qué más hacer”.

Reflexiones sobre el escrito y la despersonalización

Además de compartir la experiencia, en un año y un momento muy difícil de mi vida, quiero hacer unas reflexiones acerca del escrito.

La obsesión y la necesidad de control

Lo primero que quiero destacar es la relación entre la despersonalización y la necesidad de control que, en algunas ocasiones, se puede tornar en el conocido fenómeno de obsesión. Esta relación puede perturbar seriamente la salud mental de una persona.

La hipervigilancia y el miedo a los demás

También, al hablar de la gente, establecí la relación entre la despersonalización y la hipervigilancia, sentir que los demás te observan y, no sólo eso, sino que lo hacen con hostilidad. Incluso cuando racionalmente sabemos que no es así. La hipervigilancia de los síntomas de uno mismo es un hecho, la creencia de que los demás hacen lo mismo es una estrategia para reforzar esta idea.

Ella: una figura clave en mi proceso

La segunda reflexión que quiero hacer es relativa a la referencia de una persona, “ella” en los escritos. Evidentemente tiene nombre y apellidos, pero prefiero mencionarla así. Fue una persona muy importante en mi vida en ese momento, y gracias a ella, estoy vivo hoy.

Actualmente, mi relación con ella sigue siendo buena. Fue una relación que cumplió su propósito, y hoy hay una distancia amable y acordada.

El miedo a expresarme

Pero más que hablar de ella, me interesa hablar de lo que rodeaba la relación: miedo, inseguridad, baja autoestima. Tenía miedo de expresarme por rechazo, algo que asocio a mi apego ansioso.

Tenía miedo porque expresar lo que sentía suponía una decisión irreversible, una invitación a que alguien más se implicase profundamente. Y eso, en mi estado, generaba temor. Pero finalmente me atreví.

Un paso vital

Ese paso me permitió avanzar en mi proceso, continuar mis estudios de Psicología, abrirme al mundo, y hoy compartir esta experiencia con vosotros. También me permitió mirar cara a cara a la despersonalización y tratarla con compasión.

Vivir con despersonalización

Mi trabajo ahora es hacerle entender a la despersonalización que ya no es necesario que intervenga. El peligro ya pasó. Camino junto a ella, ya no la veo como enemiga. Aunque en ocasiones me perturbe, también me ha ayudado a sobrevivir.

Probablemente siempre viva de la mano con la despersonalización, son muchos años con ella. Pero he aprendido a vivir en paz, reconociendo que me ha abrazado durante 30 años y que me ha dado mi razón de ser, mi misión de vida.

Una comunidad que acompaña

Además, cuento con una comunidad de personas bellísimas que me acompañan, que se acompañan, a las que la despersonalización también les acompaña.

Conclusión: Aprender a vivir, con o sin despersonalización

Sigamos caminando, sigamos aprendiendo, sigamos viviendo. Con o sin despersonalización, la vida no se detiene.

Abracemos la oportunidad de vivir un día más, de estar con un ser querido, de pasear por la naturaleza, de compartir tiempo con tu mascota, de disfrutar de un libro, de saborear un té.

Trabajemos en mirar la despersonalización con otros ojos: los de la compasión y el agradecimiento a un mecanismo que nos permitió sobrevivir a duras situaciones.

Quizás, así, la vida sea un poco más sencilla.