Trastorno de Estrés Agudo (TEA) Criterios diagnósticos 308.3 (F43.0)


A. Exposición a la muerte, lesión grave o violencia sexual, ya sea real o amenaza, en una (o más)
de las formas siguientes:
1. Experiencia directa del suceso(s) traumático(s).
2. Presencia directa del suceso(s) ocurrido(s) a otros.
3. Conocimiento de que el suceso(s) traumático(s) ha ocurrido a un familiar próximo o a un amigo íntimo. Nota: En los casos de amenaza o realidad de muerte de un familiar o amigo, el suceso(s) ha de haber sido violento o accidental.
4. Exposición repetida o extrema a detalles repulsivos del suceso(s) traumático(s) (p. ej., socorristas que recogen restos humanos, policías repetidamente expuestos a detalles del maltrato infantil). Nota: Esto no se aplica a la exposición a través de medios electrónicos, televisión, películas o fotografías, a menos que esta exposición esté relacionada con el trabajo.


B. Presencia de nueve (o más) de los síntomas siguientes de alguna de la cinco categorías de intrusión, estado de ánimo negativo, disociación, evitación y alerta, que comienza o empeora después del suceso(s) traumático(s):

Síntomas de intrusión

1. Recuerdos angustiosos recurrentes, involuntarios e intrusivos del suceso(s) traumático(s). Nota: En los niños, se pueden producir juegos repetitivos en los que se expresen temas o aspectos del suceso(s) traumático(s).
2. Sueños angustiosos recurrentes en los que el contenido y/o el afecto del sueño está relacionado con el suceso(s). Nota: En los niños, pueden existir sueños aterradores sin contenido reconocible.
3. Reacciones disociativas (p. ej., escenas retrospectivas) en las que el individuo siente o actúa como si se repitiera el suceso(s) traumático(s). (Estas reacciones se pueden producir de forma continua, y la expresión más extrema es una pérdida completa de conciencia del entorno presente.) Nota: En los niños, la representación específica del trauma puede tener lugar en el juego.
4. Malestar psicológico intenso o prolongado, o reacciones fisiológicas importantes en repuesta a factores internos o externos que simbolizan o se parecen a un aspecto del suceso(s) traumático(s).

Estado de ánimo negativo
5. Incapacidad persistente de experimentar emociones positivas (p. ej., felicidad, satisfacción o sentimientos amorosos).


Síntomas disociativos.
6. Sentido de la realidad alterado del entorno o de uno mismo (p. ej., verse uno mismo desde la perspectiva de otro, estar pasmado, lentitud del tiempo).
7.Incapacidad de recordar un aspecto importante del suceso(s) traumático(s) (debido típicamente a amnesia disociativa y no a otros factores como una lesión cerebral, alcohol o drogas).


Síntomas de evitación
8. Esfuerzos para evitar recuerdos, pensamientos o sentimientos angustiosos acerca o estrechamente asociados al suceso(s) traumático(s).

9. Esfuerzos para evitar recordatorios externos (personas, lugares, conversaciones, actividades, objetos, situaciones) que despiertan recuerdos, pensamientos o sentimientos angustiosos acerca del o estrechamente asociados al suceso(s) traumático(s).


Síntomas de alerta
10. Alteración del sueño (p. ej., dificultad para conciliar o continuar el sueño, o sueño inquieto).
11. Comportamiento irritable y arrebatos de furia (con poca o ninguna provocación) que se expresa típicamente como agresión verbal o física contra personas u objetos.
12. Hipervigilancia.
13. Problemas con la concentración.
14. Respuesta de sobresalto exagerada.


C. La duración del trastorno (síntomas del Criterio B) es de tres días a un mes después de la exposición al trauma. Nota: Los síntomas comienzan en general inmediatamente después del trauma, pero es necesario que persistan al menos durante tres días y hasta un mes para cumplir los criterios del trastorno.

D.La alteración causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.


E. La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., medicamento o alcohol) u otra afección médica (p. ej., traumatismo cerebral leve) y no se explica mejor por un trastorno psicótico breve.


Características diagnósticas


La característica esencial del trastorno de estrés agudo es el desarrollo de síntomas característicos con una duración de 3 días a 1 mes tras la exposición a uno o más eventos traumáticos. Los eventos traumáticos que se experimentan directamente son, aunque no se limitan éstos, la exposición a la guerra Como combatiente o civil, la amenaza o el asalto violento personal (p. ej., la violencia sexual, la agresión física, el combate activo, el atraco, la violencia física y/o sexual en la infancia, ser secuestrado, ser tomado como rehén, el ataque terrorista, la tortura), los desastres humanos o naturales (p. ej., los terremotos, los huracanes, los accidentes de avión) y los accidentes graves (p. ej., un accidente grave de vehículo a motor, un accidente de trabajo). Para los niños, los eventos traumáticos sexuales pueden ser experiencias sexuales inapropiadas sin violencia o lesiones. Una enfermedad potencialmente mortal o una afección médica debilitante no se considerarían necesariamente eventos traumáticos. Los incidentes médicos que se califican como eventos traumáticos implicarían eventos catastróficos repentinos (p. ej., despertarse durante la cirugía, un shock anafiláctico). Los eventos estresantes, que no poseen los componentes graves y traumáticos de los eventos comprendidos en el Criterio A, pueden conducir a un trastorno adaptativo, pero no a un trastorno de estrés agudo. La presentación clínica del trastorno de estrés agudo puede variar según la persona, pero normalmente implica una respuesta de ansiedad que incluye alguna forma de revivir el suceso traumático o de reactividad al evento traumático. En algunos individuos puede predominar una presentación disociativa o separada, aunque estas personas suelen también mostrar una fuerte reactividad emocional o fisiológica en respuesta a los recuerdos del trauma. En otros individuos puede haber una intensa respuesta de ira en la que la reactividad se caracteriza por irritabilidad o por respuestas posiblemente agresivas. El cuadro completo de síntomas se debe presentar durante al menos los 3 días posteriores al evento traumático y sólo se puede diagnosticar hasta 1 mes después del evento. Los síntomas que se producen inmediatamente después de los hechos, pero cuya resolución se produce antes de los 3 días, no cumplen los criterios de trastorno de estrés agudo. Los acontecimientos presenciados son, aunque no se limitan a éstos, la observación de amenazas o lesiones graves, la muerte no natural, la violencia física o sexual infligida a otro individuo, la violencia doméstica grave, un accidente grave, y la guerra y los desastres. También se incluye presenciar un acontecimiento médico catastrófico (p. ej., una hemorragia potencialmente mortal en el propio hijo).
Los acontecimientos experimentados indirectamente a través del conocimiento de un suceso se limitan a los parientes o amigos cercanos. Estos eventos deben haber sido una muerte accidental o violenta -la muerte debida a causas naturales no se incluye—, un asalto personal violento, un suicidio, un accidenteo una lesión grave. El trastorno puede ser especialmente grave cuando el factor estresante es interpersonal e intencional (p. ej., la tortura, la violación). La probabilidad de desarrollar este trastorno puede aumentar a medida que aumente la intensidad del estresor y la proximidad física a éste. El acontecimiento traumático se puede reexperimentar de diversas maneras. Habitualmente, el individuo tiene recuerdos recurrentes e intrusivos del evento (Criterio B1). Las memorias son recuerdos recurrentes espontáneos o provocados que por lo general se producen en respuesta a un estímulo que es una reminiscencia de la experiencia traumática (p. ej., el sonido de un tubo de escape de un coche puede desencadenar recuerdos de disparos). Estos recuerdos intrusivos a menudo tienen un componente sensorial (p. ej., sentir el calor intenso que también se percibió en el incendio de la casa), emocional (p. ej., una persona experimenta el miedo de creer que está a punto de ser apuñalada) o fisiológico (p. ej., experimentar la falta de aliento que un individuo sufrió en un momento en que estuvo a punto de ahogarse). Loa sueños angustiosos pueden contener temas que son representativos o de temática relacionada con las principales amenazas que participan en el evento traumático (p. ej., en el caso de un superviviente de un accidente de vehículo a motor, los sueños angustiantes pueden implicar choques de
automóviles en general; en el caso de un soldado de combate, los sueños angustiantes pueden implicar sufrir daños en las formas distintas de combate).
Los estados disociativos pueden durar desde unos pocos segundos hasta varias horas, o incluso días, durante los que se reviven los detalles del evento y la persona se comporta corno si estuviese experimentando el evento en ese momento. Si bien las respuestas disociativas son frecuentes durante un evento traumático, sólo se deberían considerar las respuestas disociativas que persisten más de 3 días después de la exposición al trauma para el diagnóstico de un trastorno de estrés agudo. En los niños pequeños puede aparecer en el juego la recreación de los eventos relacionados con el trauma y pueden incluir momentos disociativos (p. ej., un niño que sobrevive a un accidente de un vehículo a motor puede chocar en repetidas ocasiones los coches de juguete durante el juego de forma concentrada y angustiante). Estos episodios, que a menudo son referidos como memorias retrospectivas (flashbacks), suelen ser breves, pero implican la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo en el presente en lugar de estar siendo recordado en el pasado, y están asociados a un malestar significativo. Algunos individuos con este trastorno no tienen recuerdos intrusivos del evento en sí, sino que experimentan un malestar psicológico intenso o una activación fisiológica cuando están expuestos a eventos de activación que se asemejan o simbolizan un aspecto del evento traumático (p. ej., en niños, los días de viento después de un huracán, entrar en un ascensor para alguien que fue violado en un ascensor, ver a alguien que se asemeja al propio agresor). La señal de activación puede ser una sensación física (p. ej., la sensación de calor para una víctima de quemaduras, los mareos para los supervivientes de un traumatismo en la cabeza), en particular para las personas con presentaciones muy somáticas. El individuo puede tener una incapacidad persistente para sentir emociones positivas (p. ej., felicidad, alegría, satisfacción, o emociones asociadas con la intimidad, la ternura o la sexualidad), pero puede experimentar emociones negativas, como el miedo, la tristeza, la ira, la culpa o la vergüenza. Las alteraciones de la conciencia pueden ser entre otras la despersonalización, el sentido de separarse de uno mismo (p. ej., verse a sí mismo desde el otro lado de la habitación), o la desrealización, tener una visión distorsionada del entorno (p. ej., percibir que las cosas se están moviendo en cámara lenta, ver las cosas como en un sueño, no darse cuenta de los sucesos que uno normalmente codifica). Algunos individuos también comunican una incapacidad para recordar un aspecto importante del evento traumático que presumiblemente fue codificado. Este síntoma es atribuible a la amnesia disociativa y no es atribuible a lesiones en la cabeza, al alcohol o las drogas. Los estímulos asociados al trauma se evitan de manera persistente. El individuo puede negarse a hablar de la experiencia traumática o puede utilizar estrategias de evitación para minimizar la toma de conciencia con las reacciones emocionales (p. ej., el consumo de alcohol excesivo cuando se recuerda la experiencia). Esta evitación conductual puede consistir en evitar mirar los noticiarios sobre la experiencia traumática, negarse a regresar a un lugar de trabajo donde ocurrió el trauma, o evitar la interacción con otros que compartieron la misma experiencia traumática. Es muy común que las personas con trastorno de estrés agudo experimenten problemas para iniciar y mantener el sueño, que puede estar asociado con pesadillas o con una excitación elevada generalizada que impide el sueño adecuado. Los individuos con trastorno de estrés agudo pueden estar irascibles e incluso pueden presentar comportamientos de agresión verbal y/o física ante la más pequeña provocación. El trastorno de estrés agudo a menudo se caracteriza por una mayor sensibilidad a las amenazas potenciales, entre las que están aquellas que se relacionan con la experiencia traumática (p. ej., una víctima de accidente de vehículos a motor puede ser especialmente sensible a la amenaza potencial de los automóviles), o las que no están relacionadas con el evento traumático (p. ej., el miedo de tener un ataque al corazón). Se documentan habitualmente dificultades de concentración, como dificultad para recordar los hechos cotidianos (p. ej., olvidar el propio número de teléfono) o para prestar atención a las tareas específicas (p. ej., después de una conversación durante un período sostenido de tiempo). Los individuos con trastorno de estrés agudo pueden ser muy reactivos a los estímulos inesperados, y muestran sobresaltos o nerviosismo ante ruidos fuertes o movimientos inesperados (p. ej., el individuo puede sobresaltarse notablemente en respuesta a un timbre del teléfono).


Características asociadas que apoyan el diagnóstico


Los individuos con trastorno de estrés agudo comúnmente presentan pensamientos catastróficos o muy negativos acerca de su papel en el evento traumático, su respuesta a la experiencia traumática o respecto a la probabilidad de un daño futuro. Por ejemplo, un individuo con trastorno de estrés agudo puede sentirse excesivamente culpable por no haber impedido el evento traumático o por no haberse adaptado a la experiencia con más éxito. Los individuos con trastorno de estrés agudo también pueden interpretar sus síntomas de manera catastrofista, e interpretar las memorias retrospectivas (flashbacks) y el entumecimiento emocional como signos de una capacidad mental disminuida. Es frecuente que las personas con trastorno de estrés agudo experimenten ataques de pánico durante el primer mes después de la exposición al trauma, que pueden ser provocados por los recuerdos del trauma o pueden aparecer espontáneamente. Además, las personas con trastorno de estrés agudo pueden mostrar un comportamiento caótico o impulsivo. Por ejemplo, las personas pueden conducir de forma imprudente, tomar decisiones irracionales o hacer apuestas en exceso. En los niños puede ser significativa la ansiedad de separación; posiblemente se manifiesta por una necesidad excesiva de atención por parte de sus cuidadores. En el caso del duelo después de una muerte que se produjo en circunstancias traumáticas, los síntomas del trastorno de estrés agudo pueden implicar reacciones de duelo agudas. En tales casos, la reexperimentación, la disociación y los síntomas de excitación pueden implicar reacciones de pérdida, como recuerdos intrusivos de las circunstancias de la muerte, la incredulidad de
que la persona ha muerto y la ira por la muerte. Después de una lesión cerebral traumática leve aparecen con frecuencia los síntomas posteriores a la conmoción (p. ej., dolores de cabeza, mareos, sensibilidad a la luz o el sonido, irritabilidad, déficit de concentración), y también se observan frecuentemente en los individuos con trastorno de estrés agudo. Los síntomas posteriores a una conmoción son igualmente frecuentes en las personas con daño cerebral, pero también se aprecian en los individuos que no tienen lesiones cerebrales, y es frecuente atribuir la aparición de estos síntomas al trastorno de estrés agudo.


Prevalencia


La prevalencia del trastorno de estrés agudo en las poblaciones recientemente expuestas a un trauma (p. ej., durante 1 mes desde la exposición al trauma) varía según la naturaleza del evento y el contexto en el que se evalúa. Tanto en las poblaciones de Estados Unidos como en las de fuera de este país, el trastorno de estrés agudo tiende a identificarse en menos del 20 % de los casos después de sucesos traumáticos que no impliquen un asalto interpersonal, entre el 13 y el 21 % de los accidentes de vehículos a motor, en el 14 % de las lesiones cerebrales traumáticas leves, en el 19 % de los casos de asalto, en el 10 % de las quemaduras graves, y entre el 6 y el 12 % de los accidentes industriales. Las tasas más altas (es decir, el 20-50 %) se manifiestan después de eventos traumáticos interpersonales, entre los que están el asalto, la violación y ser testigo de un tiroteo masivo.


Desarrollo y curso


El trastorno agudo de estrés no se puede diagnosticar hasta 3 días después de un evento traumático. Aunque el trastorno de estrés agudo puede evolucionar a un trastorno de estrés postraumático (TEPT) después de 1 mes, también puede ser una respuesta de estrés transitoria que remite en el plazo de 1 mes tras la exposición al trauma y que no da lugar a un trastorno de estrés postraumático. Aproximadamente la mitad de las personas que finalmente desarrollan TEPT presentan inicialmente trastorno de estrés agudo. Los síntomas pueden empeorar a lo largo del primer mes, a menudo como resultado de los factores estresantes de la vida o a causa de más eventos traumáticos. Las formas de revivir el suceso traumático pueden variar según la etapa del desarrollo. A diferencia de los adultos o los adolescentes, los niños pequeños pueden comunicar sueños terroríficos con un contenido que refleja claramente los aspectos del trauma (p. ej., despertarse con miedo con las secuelas del trauma, pero ser incapaz de relacionar el contenido del sueño con el evento traumático). Los niños de 6 arios o menores pueden reexperimentar, con más probabilidad que los niños de mayor edad, los síntomas de la experiencia traumática a través del juego, refiriéndose directa o simbólicamente al trauma. Por ejemplo, un niño muy pequeño que sobrevivió a un incendio puede hacer dibujos de llamas. Los niños pequeños no manifiestan necesariamente reacciones de miedo en el momento de la exposición o incluso durante la reexperimentación. Los padres por lo general informan de una serie de expresiones emocionales, como la ira, la vergüenza o el retraimiento, e incluso un excesivo afecto positivo, en los niños pequeños que están traumatizados. Aunque los niños pueden evitar aquello que les recuerda al trauma, a veces se preocupan por los recordatorios (p. ej., un niño pequeño que sufre una mordedura por un perro puede hablar de los
perros constantemente, pero puede evitar salir fuera por temor a encontrarse con uno).


Factores de riesgo y pronóstico


Temperamentales. Los factores de riesgo son el trastorno mental previo, altos niveles de afecto negativo (neuroticismo), mayor gravedad percibida del evento traumático y un estilo de afronta miento evitativo. Las evaluaciones catastróficas de la experiencia traumática a menudo se caracterizan por apreciaciones exageradas de un daño futuro, por la culpa o por la desesperanza, y son unos predictores robustos del trastorno de estrés agudo.
Ambientales. Primero, y ante todo, un individuo debe ser expuesto a un evento traumático para tener riesgo de presentar un trastorno de estrés agudo. Los factores de riesgo para la enfermedad son
una historia de trauma anterior.
Genéticos y fisiológicos. Las mujeres tienen mayor riesgo de desarrollar un trastorno de estrés agudo. Una reactividad elevada antes de la exposición al trauma, como se refleja en la respuesta al sobresalto acústico, aumenta el riesgo de desarrollar el trastorno de estrés agudo.


Aspectos diagnósticos relacionados con la cultura


El perfil de los síntomas del trastorno de estrés agudo puede variar en las diferentes culturas, en particular con respecto a los síntomas disociativos, las pesadillas, la evitación y los síntomas psicosomáticos (p. ej., los mareos, la dificultad para respirar, la sensación de calor). Los síndromes culturales y las expresiones de angustia dan forma a los diferentes perfiles de los síntomas de trastorno de estrés agudo según la región. Algunos grupos culturales pueden mostrar variantes de respuestas disociativas, como la posesión o los comportamientos de trance durante el primer mes desde la exposición al trauma. Los síntomas de pánico pueden destacar en el trastorno de estrés agudo debido a la asociación de la exposición traumática con síntomas similares a los del pánico entre los camboyanos (ataques khyál) y entre los latinoamericanos (ataque de nervios).


Aspectos diagnósticos relacionados con el género


El trastorno de estrés agudo es más frecuente entre las mujeres que entre los varones. Las diferencias neurobiológicas ligadas al sexo en respuesta al estrés pueden contribuir a un mayor riesgo de trastorno de estrés agudo en las mujeres. El mayor riesgo de la enfermedad en las mujeres puede ser atribuible en parte a una mayor probabilidad de exposición a eventos de tipo traumático con un alto potencial de riego para el trastorno de estrés agudo, como la violación y otras formas de violencia interpersonal.


Consecuencias funcionales del trastorno de estrés agudo


Se ha demostrado un deterioro del funcionamiento en los ámbitos sociales, interpersonales o laborales entre los supervivientes de accidentes, asaltos y violaciones que desarrollan el trastorno de estrés agudo. Los elevados niveles de ansiedad, que pueden estar asociados con el trastorno de estrés agudo, pueden interferir en el sueño, los niveles de energía y la capacidad para atender a las tareas. La evitación en el trastorno de estrés agudo puede originar una retirada generalizada de muchas situaciones que se perciben como potencialmente mortales, lo que puede originar la falta de asistencia a las citas médicas, la evitación de la conducción a eventos importantes y el absentismo laboral.


Diagnóstico diferencial


Trastornos de adaptación. En el trastorno de adaptación, el factor estresante puede ser de cual quier gravedad y no sólo de la gravedad y del tipo requerido para el Criterio A del trastorno de estrés agudo. El diagnóstico de un trastorno de adaptación se realiza cuando la respuesta a un evento del Criterio A no cumple con los criterios para el trastorno de estrés agudo (u otro trastorno mental específico) y cuando el patrón de síntomas del trastorno de estrés agudo se presenta en respuesta a un factor estresante que no cumple con el Criterio A para la exposición a la muerte real o la amenaza, las lesiones graves o la violencia grave (p. ej., el abandono por parte del cónyuge, ser despedido). Por ejemplo, las reacciones de estrés a enfermedades serias que pueden incluir algunos de los síntomas del trastorno de estrés agudo se pueden describir más adecuadamente como un trastorno adaptativo. Algunas formas de respuesta de estrés agudo no incluyen los síntomas del trastorno de estrés agudo y se pueden caracterizar por la ira, la depresión o la culpabilidad. Estas respuestas se describen de manera más apropiada como debidas a un trastorno de adaptación. Las respuestas depresivas o de ira en un trastorno de adaptación pueden implicar la rumiación del evento traumático, en oposición a los recuerdos intrusos e involuntarios que provocan malestar en el trastorno de estrés agudo.
Trastorno de pánico. Los ataques de pánico espontáneos son muy comunes en el trastorno de estrés agudo. Sin embargo, el trastorno de pánico sólo se diagnostica si los ataques de pánico son inesperados, si existe ansiedad por los ataques futuros o si se aprecian cambios desadaptativos en el comportamiento asociados al miedo a las nefastas consecuencias de los ataques.
Trastornos disociativos. Las respuestas disociativas graves (en ausencia de los síntomas característicos del trastorno de estrés agudo) se pueden diagnosticar como un trastorno de desrealización/despersonalización. Si persiste la amnesia severa del trauma en ausencia de los síntomas característicos del trastorno de estrés agudo, podría estar indicado el diagnóstico de amnesia disociativa.
Trastorno de estrés postraumático. El trastorno de estrés agudo se distingue del trastorno de estrés postraumático en que los síntomas del trastorno de estrés agudo deben ocurrir dentro del primer mes del evento
traumático y resolverse dentro de ese período de un mes. Si los síntomas persisten durante más de un mes y se cumplen los criterios para el TEPT, se cambiará el diagnóstico de trastorno de estrés agudo a `FUT.
Trastorno obsesivo-compulsivo. En el trastorno obsesivo-compulsivo son recurrentes los pensamientos intrusivos, pero éstos cumplen la definición de obsesiones. Además, los pensamientos intrusivos no están relacionados con un evento traumático experimentado, suele haber compulsiones y no aparecen los otros síntomas del trastorno de estrés agudo.
Trastornos psicóticos. Las memorias retrospectivas (flashbacks) en el trastorno de estrés agudo deben distinguirse de los delirios, de las alucinaciones y de otros trastornos de la percepción que pueden aparecer en la esquizofrenia, en otros trastornos psicóticos, en el trastorno depresivo o bipolar con síntomas psicóticos, en el delirium, en los trastornos inducidos por medicación o por sustancias y en los trastornos psicóticos debidos a otro afección médica. Los flashbacks del trastorno de estrés agudo se distinguen de estos otros trastornos perceptivos en que se relacionan directamente con la experiencia traumática y en que aparecen en ausencia de otras características psicóticas o inducidas por sustancias.
Lesión cerebral traumática. Cuando una lesión cerebral se produce en el contexto de un evento traumático (p. ej., un accidente traumático, la explosión de una bomba, un traumatismo de aceleración/deceleración), pueden aparecer síntomas del trastorno de estrés agudo. Un traumatismo craneal también puede constituir un acontecimiento traumático psicológico, y los síntomas neurocognitivos relacionados con la lesión cerebral traumática y los de trastorno de estrés agudo no son mutuamente excluyentes y pueden aparecer al mismo tiempo. Los anteriormente denominados síntomas posteriores a la conmoción (p. ej., dolores de cabeza, mareos, sensibilidad a la luz o al sonido, irritabilidad, déficit de concentración) pueden aparecer en los individuos con daños cerebrales, pero también se observan en aquellos que no presentan lesiones cerebrales, incluidas las personas con trastorno de estrés agudo. Debido a que los síntomas de trastorno de estrés agudo y los síntomas neurocognitivos relacionados con las lesiones cerebrales traumáticas pueden superponerse, se podría hacer un diagnóstico diferencial entre el trastorno de estrés agudo y los síntomas del trastorno neurocognitivo atribuibles a la lesión cerebral traumática basándose en la presencia de los síntomas que son característicos de cada presentación. Así, la reexperimentación y la evitación son característicos del trastorno de estrés agudo y no de la lesión cerebral traumática, y la desorientación persistente y la confusión son más específicos de la lesión cerebral traumática que del trastorno de estrés agudo. Además, al diagnóstico diferencial le ayuda el hecho de que los síntomas del trastorno deestrés agudo persisten durante un máximo de 1 mes después de la exposición al trauma.

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