“La diferencia entre el Trauma Simple y Trauma Complejo es la diferencia entre un terremoto de gran magnitud en Japón y otro en Nepal”
Esta frase la escuché en un podcast de Manuel Hernández, creador del modelo PARCUVE, en un capítulo titulado “Trauma Complejo: una herida sin cicatrizar”, disponible en Spotify y cuyo enlace os dejo aquí 👉 https://open.spotify.com/episode/3aNCSCB62XgJHg68ZvQTYE?si=30d0519c41274884
Vamos a analizar un poco el significado de esta frase y su analogía respecto a los terremotos y el trauma
Un terremoto es una situación que cualquier persona calificaría como traumática, ya que se trata de un desastre natural en el que se pierden vidas humanas y bienes materiales
Aquí encontramos la primera relación, un contexto traumático que provoca una gran perturbación en la vida de los seres humanos; del mismo modo que un trauma en nuestra línea de vida perturba la calidad de la misma.
No obstante, el evento, es decir, el trauma y el terremoto, perturban la vida no tanto por la intensidad del mismo, sino más por el modo de reaccionar del individuo afectado
Es decir, el modo de afrontamiento es lo que explica la mayor parte de la varianza del desarrollo de la sintomatología post-traumática, lo que explica porque ante un mismo evento una persona desarrolla estrés postraumático y otra no
Evidentemente hay situaciones que sólo permiten un modo de afrontamiento, como puede ser el caso de abuso en un niño, en el que la disociación es el mecanismo estrella y más adaptativo
Otro ejemplo de suceso traumático puede ser la DANA acontecida en Valencia el año pasado
El modo de afrontamiento, depende mucho de la estructura del sistema que padece el evento
En el caso del terremoto, la estructura de la que están conformados los edificios; en el caso del estrés postraumático, del nivel de regulación del sistema nervioso de la persona que padece el suceso.
Por ello, un terremoto en Japón y otro en Nepal afectan de distinto modo, porque las infraestructuras están diseñadas de distinto modo.
En Japón, la estructura de estas está preparada para soportar terremotos de gran magnitud, minimizando al máximo los daños en vidas y bienes materiales; en Nepal, todo lo contrario, un terremoto de la misma magnitud producirá miles de muertes y pérdidas materiales.
Lo mismo sucede con el estrés postraumático.
En el caso del Trauma Simple, al tratarse de un evento único, la estructura que recibe el golpe, es decir, el sistema nervioso, está regulado, lo que no significa que esté preparado para soportar cualquier tipo de evento, sino que amortiguará mejor los efectos del mismo proporcionando un modo de afrontamiento más adaptativo que permitirá salvaguardar la integridad del sistema en gran medida.
En el caso del Trauma Complejo, el evento (el terremoto) afectará a una estructura ya muy dañada anteriormente por otros eventos traumáticos (normalmente muy graves), es decir, tendrá efecto en un sistema nervioso desregulado, lo que condicionará el modo de afrontamiento, el cual salvaguardará la integridad del sistema en bastante menor medida que en el TS.
Es decir, la diferencia estructural y funcional del sistema nervioso que reciben el golpe, condicionan el modo de afrontamiento, generando que, ante un mismo evento, una persona sea capaz bien de seguir adelante sin grandes perturbaciones en la vida diaria o bien necesitando una intervención profesional de corto plazo; mientras que otra persona deberá hacer frente al suceso con muchos menos recursos psicológicos producto del desgaste al que su sistema nervioso ha sido sometido a lo largo de su vida, lo que hará que las secuelas del golpe perturben en mayor grado su día a día y el proceso de reparación de la herida sea complejo y extenso
No obstante, ambas heridas pueden sanarse con psicoterapia; del mismo modo que pueden repararse los daños producidos tanto por un terremoto en Japón y otro en Nepal



